lunes, 6 de julio de 2009

UNA PALABRA DE PRUDENCIA PARA LA CONGREGACIÓN

La Biblia hace una referencia muy elogiosa de los hijos de Isacar. ¿Por qué lo hace? Veamos: 32De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos - 1 CRÓNICAS 12:32
Su virtud consistía en que ellos eran entendidos en los tiempos, por lo cual sabían lo que el pueblo de Dios debía hacer y, debido a ello sus hermanos seguían sus consejos.
Nosotros creemos que estamos viviendo en los últimos tiempos y las Escrituras nos advierten: 1También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos – 2 TIMOTEO 3:1
Estamos viviendo tiempos peligrosos y necesitamos saber, como congregación, lo que debemos hacer.
Quiero compartir con ustedes dos palabras proféticas que hemos recibido este año.
La primera fue pronunciada en una reunión de pastores (de Argentina Oramos por Vos), realizada el día 08/01 del corriente año en la ciudad de BsAs, por un pastor muy conocido, Carlos Mraida. Es una palabra profético-pastoral extensa, basada en Jeremías 51 y está referida a los sucesos que estamos viviendo en el mundo y en la Argentina.
Este pasaje implica el juicio de Dios sobre un sistema, el sistema del mundo, que como dice el v. 7 embriaga, que adormece, que aturde, que lastima y que no cura, ni tiene remedio. Es un sistema basado en la codicia (v. 13), en la soberbia (17), en la idolatría de lo material (17), en la vanidad (18), en la destrucción (25), en la voracidad (34), en la muerte (49), en el afrentar y avergonzar (51).
El mundo está asistiendo, azorado, a enfermedades que no puede curar, porque son causadas por virus. Y está aterrado, lo vemos en los noticieros de TV, en la calle, en los lugares de trabajo. Y, algunos ocultan su temor, minimizando la situación. Y aunque ellos, evalúan distintas hipótesis sobre la causa de estas enfermedades, nosotros sabemos que el mundo, como sistema, está bajo el juicio de Dios.
¿Por qué no se decreta el alerta sanitario? Un comentarista de un matutino de BsAs del día de hoy dice que la demora del gobierno en sancionar la Emergencia Sanitaria está basada en el temor de reconocer, antes de las elecciones, un problema que se expande con fuerza, especialmente en la provincia de BSAs. Sancionar la emergencia implicaría la posibilidad de cerrar lugares públicos como shoppings, centros comerciales o estadios deportivos. Esto implicaría un costo político y económico muy alto. Esta situación pone a la luz la verdadera cara del sistema del mundo: el materialismo es más importante que el ser humano.
Ante esta situación, ¿cuál debería ser nuestra postura como iglesia del Señor?
El equipo pastoral considera que el Señor nos dio la respuesta hace tiempo, antes de que la situación se produjera, a través de una palabra profética.
Esta palabra profética la recibió Mary hace unos meses atrás y la compartió con nosotros un domingo: 20Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. 21Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos. – ISAÍAS 26:20
Esta es la respuesta del Señor, en resumen: pueblo mío, escondete un poquito, por un momento, hasta que pase la indignación (el juicio del Señor sobre los moradores de la tierra).
Anoche nos reunimos a orar los pastores, con Walter, nuestro diácono, y con nuestras esposas para buscar la guía del Señor ante esta situación, porque queremos ser como los hijos de Isacar, entendidos en los tiempos, cuyo consejo siguen sus hermanos.
El resultado de nuestra reunión lo podríamos resumir en dos palabras.
La primera palabra es FE. Y esta palabra es muy importante, ya que sin fe es imposible agradar a Dios. Simplemente quiero recordar las maravillosas palabras del señor en el Salmo 91:
1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.

14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.

SALMOS 91:1-7, 9-11, 14-16
FE es la primera palabra. La segunda es: PRUDENCIA.
¿Qué es la prudencia?
PRUDENCIA: virtud que permite distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de él. Discernimiento, buen juicio, cautela, precaución.
Dios alaba la prudencia en su Palabra.
“5Y salía David a dondequiera que Saúl le enviaba, y se portaba prudentemente. 12Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl. 14Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. 15Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él. 16Mas todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos” – 1 SAMUEL 18:5,14-16 Dios no estaba con David porque David fuera osado, arriesgado (que lo era). Dios estaba con David porque David, un hombre según el corazón de Dios era prudente. Las Escrituras también nos advierten: 12 El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y llevan el daño - PROVERBIOS 27:12
Finalmente recordemos las palabras del apóstol Pablo: 1Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos – ROMANOS 13:1-2
Como iglesia debemos someternos a las disposiciones de las autoridades sanitarias que NO SE OPONGAN a las leyes de Dios.
Por ejemplo, está escrito: 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre – HEBREOS 10:25
Dios nos exhorta a no dejar de congregarnos, por lo tanto, no debemos suspender nuestra reunión de adoración de los domingos.
Como coordinador de la aplicación de las medidas del Ministerio de Salud en el centro de salud donde trabajo quiero compartir con ustedes algunos conceptos:
• El virus se propaga por contacto directo de secreciones respiratorias (cuando la persona tose o estornuda).
• Que también se transmite por contacto indirecto, transferencia de microbios a través de un objeto intermedio como son las manos u otros objetos.
• Que la supervivencia del virus es de 24 a 48 hs. en superficies no porosas, de 8 a 12 hs. en telas, tejidos y papel y 5 a 60 minutos en las manos.
¿Cómo hacer para no contagiarnos y/o no transmitir el virus?
• Salir lo menos posible de nuestra casa (pueblo mío, escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación).Evitemos reuniones sociales innecesarias.
• Ventilemos bien cada día todas las habitaciones de nuestras casas, permitamos que se aireen y entre el sol.
• Lavemos los pisos y mesadas con lavandina diluida
• Tratemos de no compartir los utensilios: pocillos, cucharas, bombillas, etc. Después de usarlos, si podemos, lavémoslos con guantes, lavandina diluida y enjuaguémoslos bien.
• Cada vez que salgamos de nuestra casa, al volver, antes de hacer nada, lavémonos las manos con agua y jabón.
• Si tenemos tos, nunca tosamos sobre nuestras manos. Tratemos de salir con papel descartable o un pañuelo y una bolsita de nylon para ponerlos una vez utilizados.
• Si no tenemos nada de eso debemos toser hacia abajo, sobre nuestro antebrazo, debajo del codo. Al volver, lavar la parte humedecida con alcohol o agua oxigenada.
• Mantener la distancia social: 1.5 m. de las personas. El virus no va más allá de esa distancia.
• Ingerir cítricos, la naranja no está muy cara y brinda mucha protección a las células respiratorias.
• Si una mamá tiene que llevar un hijo al médico, si el nene tiene hermanitos que trate de dejarlos en casa con alguien.
Con respecto a las actividades congregacionales, por esta semana, hasta ver la evolución de la situación, y teniendo en cuenta las palabras recibidas, ha parecido bien al equipo pastoral:
• Suspender el Encuentro de adolescentes del fin de semana.
• Suspender las reuniones celulares, NO las consejerías individuales o matrimoniales. Por eso, si hay necesidades urgentes, cada hermano debe comunicarse con sus líderes, o con los pastores si fuese necesario el tratamiento pastoral.
• Suspender la reunión de intercesión, con el compromiso de cada intercesor ante el Señor, de orar en su casa en el mismo horario de la reunión. Cualquier palabra recibida en la oración le pedimos que la comunique a los responsables, el Pastor José o Fabián.
• Por la razón antes expuesta, NO se suspende el culto dominical.

FE Y PRUDENCIA, entonces, son las claves que el Señor nos dio, específicamente para estos tiempos. Y haríamos muy bien en prestarles atención a ambas. ¿Amén?
FINALMENTE: creemos que estamos en un tiempo de juicio de Dios sobre el sistema del mundo. El sistema está siendo juzgado, pero pidamos al Señor misericordia para las personas, que esta crisis sirva para que lo busquen a Él, porque sabemos que Dios no quiere que nadie se pierda.

miércoles, 1 de julio de 2009

“Dejad que los niños vengan a mi…”




“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:
Tiempo de nacer, y tiempo de morir…”
En medio de estos tiempos, transcurren, si Dios lo permite, etapas en la vida de una persona, niñez, adolescencia, juventud, adultez, vejez.
Tiempo de niñez… mi tiempo de niñez está aún fresco en mi corazón, y no porque no haya pasado mucho tiempo desde entonces, sino por lo mucho que significó para mí.
Tiempo de escuela, de risas y llantos, de estudio, de compañeros, de amigos, de tardes de cine, de juegos y carreras en el campo sembrado por mi papá.
Tiempo de asombro, de búsqueda, de largas lecturas, de muchas preguntas, algunas sin respuesta, otras con respuestas equivocadas, que luego se corrigieron solas al ir creciendo.
Tiempo de patriotismo, me recuerdo dibujando el Cabildo, la Casa de Tucumán, la Bandera, la escarapela, con mucho amor y esmero. Amaba estudiar la historia de Argentina, todo cobraba una importancia enorme para mi corazón de niña. Cantar el Himno me emocionaba, y aún hoy sigo sintiendo lo mismo, y cuando mis hijos eran chicos lo cantábamos todos juntos cuando pasaban los festejos en la tele, y nunca olvidé poner una escarapela en cada uno de los seis guardapolvos.
Amar y defender el lugar donde nací se grabo fuerte en mí y al ver a mi papá llorar y extrañar tanto, tanto a su Italia natal, hizo que el amor por mi país creciera mucho mas, y que jamás deseara irme a vivir a otro lado, pasará lo que pasase.
Tiempo de sueños y de preparación para llegar a cumplirlos.
Tiempo de imaginar cada día un camino distinto para recorrer cuando seamos grandes.
Tiempo de sentirnos un día madre de muchos hijos, y con los nombres ya elegidos, otro día maestra con muchos alumnos, otro vendedora de una gran tienda, otro una escritora reconocida, y otro, y otro… y otro…
Tiempo de recibir valores y principios que después nos guiarán en la vida.
El recato y la pureza en las niñas y el respeto y la caballerosidad en los niños.
Podría escribir páginas y páginas de todos y cada uno de los recuerdos de ese tiempo.
Agradezco al Señor que puso a mi alrededor las personas necesarias que me ayudaron a ser y a vivir como una verdadera niña.
Como ya dije en otra oportunidad, todo lo vivido me ayudó en la crianza de mis seis hijos que también vivieron su niñez plenamente sin saltar ninguna etapa y con los ingredientes necesarios para que ese tiempo esté marcado en su corazón.
Si los padres cuentan con todo lo material necesario, bienvenido sea, pero lo fundamental es amar, tiempo compartido, calidad en la relación, juegos, enseñanzas, y mucha, mucha alegría.
Hace unos años, en una reunión de maestras de escuela dominical, vino con fuerza a mi corazón una palabra del Señor: “Dejad que los niños vengan a mi…” La compartimos con los maestros, pero volvía una y otra vez la misma palabra.
Pedí revelación al Señor y me dolió el corazón cuando tuve la respuesta.
Frente a mí, como una horrible película fueron pasando imágenes de niños abandonados, tirados en la calle, durmiendo en bancos tapados con diarios, otros robando, fumando, drogándose. Niñas embarazadas por sus propios parientes, violadas, heridas. Niños trabajando con grandes cargas para sus pocas fuerzas. Niños tirando piedras, rompiendo vidrios, ventanas, faroles de luz, destruyendo porque sí, niños que jamás pudieron ir a una escuela, que jamás fueron educados y cuidados.
Cuando vi todo esto y mucho mas comprendí que el Señor nos pedía que dejáramos a los niños ser verdaderamente niños, con todo lo que esto implica, que ayudáramos a que no sean empujados por el mundo a una adultez precoz y tal vez sin retorno.
Fue en ese momento que miré mi propia niñez y la de mis hijos, y por un lado una gratitud profunda llenó mi corazón por eso, pero por otro lado un dolor igual de profundo hizo que comprendiera que muchísimos niños a nuestro alrededor son niños cronológicos, por la edad que tienen, pero su cuerpo, su alma y su espíritu están marcados por los golpes, la violencia, los sufrimientos y carencias que les tocó vivir y que les quitó toda la ternura, la inocencia y la esperanza que deberían tener.
Seres que jamás tuvieron algo propio, ni hogar, ni familia, no desarrollarán nunca un sentido de pertenencia, nunca pertenecieron a nadie y nada les perteneció a ellos, y serán los que roban, los que toman lo que no les pertenece, los que destruyan todo, los que no respetan ninguna propiedad y agreden porque siempre, aún sin comprenderlo, se han sentido agredidos, rechazados, y sobre todo robados, porque la sociedad les ha quitado impunemente lo más hermoso y preciado: su niñez.
El Señor nos llama, y nos desafía a que dejemos a los niños ser niños, y que le permitamos vivir esa etapa plenamente.
Proverbios 22:6 “Enséñale al niño a elegir la senda recta, y cuando sea mayor permanecerá en ella”
Enseñemos y dejemos a nuestros niños caminar por la senda de la niñez, con amor, protección, pureza, candidez, sueños, y cuando sea mayor tendrá la posibilidad de elegir la senda recta y permanecer en ella.
Pidamos al señor la gracia, la misericordia y el amor necesarios para devolver a cada persona, no importa su edad de hoy, la niñez que un día permitimos le fuera robada, y así podrán llegar a Jesús, porque… “De cierto os digo que si no os volvéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” Mateo 18:3