martes, 3 de marzo de 2009

“La protagonista”


Cuando era chica, me encantaba leer.
Mi escuela tenía una enorme biblioteca, y yo era una de las más asiduas concurrentes.
Jamás perdía un turno para llevar un libro, lo devolvía en término, y sacaba inmediatamente otro.
Mi imaginación, como todo niño, viajaba a mil, y a la hora de representar cuentos y obras en la escuela, estaba siempre presente.
En mi cabeza daban vueltas todas esas historias, y muchas veces sentía que era yo la protagonista de una historia muy importante y que había alguien mirando todo lo que yo hacía.
Esta sensación se acentuaba cada vez más, y a veces, se convertía en certeza absoluta ¡alguien me estaba mirando y tomaba en cuenta todo lo mío!
Mis hermanos se reían cuando les contaba y decían que de tanto leer terminaba creyendo eso.
Pasado el tiempo, yo misma terminé creyendo pensando lo mismo, debió ser mi imaginación.
Pero un día leí el salmo 139, y mi corazón se llenó de gozo ¡alguien realmente me estaba mirando!
“Oh, Señor, Tú me has examinado el corazón y lo sabes todo respecto a mí. Sabes si me siento o me levanto .Cuando estoy lejos, sabes cómo es cada uno de mis pensamientos. Trazas la senda delante de mí, y me indicas dónde meterme y descansar. Cada momento sabes dónde estoy. Sabes lo que voy a decir antes que lo diga. Vas delante y detrás de mí, y colocas tu mano de bendición sobre mi cabeza…
Si trato de ocultarme en las tinieblas, la noche se transforma en luz en torno mío. Porque ni la oscuridad puede ocultarnos de Dios; para Ti la noche resplandece como día. Las tinieblas y la luz son lo mismo para Ti.
Tú hiciste todas las delicadas partes internas de mi cuerpo y las uniste en el vientre de mi madre ¡Gracias por haberme hecho tan admirablemente complicado! Es admirable pensar en ello. Maravillosa es la obra de tus manos, ¡ y qué bien la conozco! Tú estabas presente cuando yo estaba siendo formado en el más completo secreto. Tú me viste antes que yo naciera y fijaste cada día de mi vida antes que comenzara a respirar. ¡Cada uno de mis días fue anotado en tu libro!
¡Qué precioso es, Señor, darse cuenta de que continuamente estás pensando en mí! Ni siquiera puedo contar cuántas veces al día tus pensamientos se dirigen a mí. Y cuando despierto en la mañana, aún estás pensando en mí…”
(Salmos 139.1-5/ 7-18, Biblia al Día)
Señor, creo profundamente tu Palabra y sé que tus ojos han estado siempre puestos en mí, que nunca estuve sola, que todo lo mío lo tomaste en cuenta. Pero lo más hermoso para mí fue:… “CADA UNO DE MIS DÍAS FUE ANOTADO EN TU LIBRO…”
Sí, soy PROTAGONISTA ESPECIAL en tu libro, Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario