jueves, 4 de junio de 2009

Querido Joaquín:

De todas las familias del mundo el Señor eligió la nuestra para recibirte, mimarte, protegerte, sobre todo amarte mucho.

Sí, Joaquín, contás con nuestro amor incondicional de abuelos, ahora y siempre.

Nuestro corazón se abre de par en par, se engalana, pone flores en cada rincón, se perfuma y se torna mas cálido, entona una canción alegre y suave y te dice: Bienvenido Joaquín, te esperábamos, estamos listos y dispuestos a compartir con vos una vida de cuentos, juegos, mimos, cosquillas y paseos, a redescubrir cada cosa desde tus ojitos asombrados y tiernos, a sentarnos en el piso y mirar hacia arriba, a levantarte en nuestros brazos y acunarte.

Queremos que encuentres en nuestra familia la luz que te alumbrará en el mundo que hallarás afuera, la fuerza que te impulsará a seguir siempre por el camino recto, la sabiduría para elegir siempre lo bueno, agradable y perfecto, porque buena, agradable y perfecta es la voluntad de Dios para tu vida, el bien necesario para vencer el mal, y el amor que vence el egoísmo del mundo en que vivirás.

Queremos en definitiva, que encuentres y que veas a Jesús en nosotros y que seas un niño, un joven, y un hombre diferente porque nuestro Dios es un dios es diferente.

Señor, te rogamos que no quites a Joaquín ni a ningún niño del mundo, sino que los guardes del mal, santifícalos en tu verdad, en todos sus caminos.

Tomamos ahora la corona de gloria que nos has regalado, porque tu palabra dice:

“Los nietos del anciano, son su corona de gloria” Proverbios 17:6

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