lunes, 26 de enero de 2009

COSECHARÁS TU SIEMBRA



Cuando te fijés una meta elegí cuidadosamente la senda que te llevará a ella porque delante de todo hombre hay un amplio y agradable camino que él tiene por bueno, pero muchas veces su fin es la ruina, el fracaso y la muerte.
Si tu camino y tus métodos se apoyan en la deslealtad, en el engaño, en la mentira, estarás apoyado en una telaraña; todo aquello en que confías caerá por tierra, sin raíces ni esperanzas de nuevo rebrote; al traicionero le espera siempre un camino pedregoso. Los engaños y las maldades se volverán contra vos mismo, serás vencido mediante los planes que vos mismo habías urdido contra otros. Los tesoros y éxitos conseguidos con maldad no serán nunca de provecho ni producirán felicidad duradera. La fruta robada es la más dulce y el pan comido a escondidas sabe mejor, pero el que lo hace no se da cuenta que así serán seguros habitantes del infierno.
Si armás una trampa para tu prójimo, caerás en ella. Si echás a rodar una roca contra alguien, se volverá rodando contra vos.
Frená tu camino, mirá hacia atrás y reconocé el camino por el cual has andado, escudriñá los medios que has usado para cumplir tus fines. Recordá que no siempre el más veloz gana la carrera, ni el más fuerte la batalla, pero el que anda en camino de integridad no será derrotado ni será avergonzado, porque su vida guarda el que guarda su camino.
Señor, ayudame a andar en integridad, mostrame tus caminos, enseñame tus sendas, encaminame en tu verdad, sacá mis pies de caminos tramposos y sacá mis manos de poner trampas para nuestros semejantes.
Señor, que integridad y rectitud sean mis amigos, que lealtad y santidad sean mis compañeros. Señor, que la verdad y la vida eterna sean mi meta.
Jesucristo: sólo con vos mi camino será hacia arriba, hacia el Padre de la luz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario