sábado, 24 de enero de 2009

EL PESIMISMO



El pesimismo es una actitud negativa frente a la vida que muchas personas tienen en la actualidad. Es una propensión a ver las cosas en su lado más desfavorable, siempre contempla la victoria inevitable del mal sobre el bien. El pesimista es una persona con anteojos oscuros, todo lo ve de ese color, es negativo en su interior, en su mente y en su ánimo.
El pesimismo se manifiesta de muchas maneras: desgano por la vida, quejas por todo, desconfianza de otros, lástima de sí mismo, sospecha de negros planes malintencionados detrás de cada palabra o gesto, derrotismo, fatalismo, creer que lo bueno durará muy poco, que hay mala racha, etc.
El pesimismo es un estado de ánimo contagioso que refleja la idea fija de que toda situación es irremediable. Es una mentalidad negativa que no aporta nada constructivo a la vida de la persona, de la familia y del entorno donde se mueve.
Algunas personas sufren de un pesimismo esporádico, de vez en cuando suelen caer en ese estado anímico. Otros, bajo circunstancias difíciles, caen en un pozo interior y otros ya son pesimistas en su propio carácter, en su manera de ser.
Escucha lo que tengo para decirte:
Si tu corazón dice Dios dice
Esto no tiene solución Para Dios no hay nada imposible

Mi vida irá de mal en peor El que comenzó en mí la buena obra la perfeccionará

¡Qué desgracia, a mí siempre me pasa lo peor! ¡Gracias, Señor, pues con este sufrimiento
forjarás en mí tu carácter
Yo no puedo sobrellevar esta carga Todo lo puedo en Cristo que me fortalece
Yo no tengo suerte en la vida ¡Cuán dichosos somos pues Dios nos ha hecho hijos suyos
Todo parece estar en mi contra Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?
Estos problemas me van a hacer mucho mal A los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien

Vence al pesimismo con la fe y la confianza en Dios. Fe es realismo desde el punto de vista de Dios. Es mirar las cosas como son en verdad y no como parecen ser, como las ven nuestros ojos desesperanzados.
Cree que toda tu vida está bajo el dominio del Señor; el que sabe que Dios le ama no puede ser pesimista. El amor de Dios es positivo, dinámico, echa fuera el temor, la angustia y la tristeza.
Deja de lado para siempre los anteojos negros y cubre tus ojos de luz, de esperanza, de seguridad, de confianza recibiendo ahora a Jesucristo como señor de tu vida y tu corazón podrá decir confiado: Jesús es mi esperanza, mi roca, mi libertador, defensa y fortaleza. ¿Por qué, pues, habría yo de entregarme al pesimismo y al temor?
Mi protección y mi victoria proceden sólo de Jesús, Él es mi refugio, la roca donde ningún enemigo podrá alcanzarme jamás.

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