jueves, 22 de enero de 2009

EL TEMOR


EL TEMOR
Un corazón debilitado en su fe, un corazón quebrantado es un corazón temeroso, porque la Palabra de Dios dice que sólo el perfecto amor echa fuera el temor. Y cuando dejo de creer en el perfecto amor de Dios para conmigo, estoy abriendo la puerta de mi vida al temor.
• Temor al presente, a que las cosas no me salgan bien.
• Temor al futuro, a qué vamos a comer, qué vamos a beber, con qué vamos a vestirnos.
Aún cuando la palabra de Dios nos dice:
"Por lo tanto te aconsejo que no te preocupes por la comida, la bebida, el dinero y la ropa, porque tienes vida y eso es más importante que comer y vestir. Fíjate en los pájaros, que no siembran ni cosechan ni andan guardando comida, y tu Padre celestial los alimenta. ¡Para Él tú vales más que cualquier ave! Además, ¿qué gana uno con preocuparse? ¿Para qué preocuparse de la ropa? Mira los lirios del campo, que no se preocupan del vestido, y ni aún Salomón con toda su gloria se vistió jamás con tanta belleza. Y si Dios cuida tan admirablemente de las flores, que hoy están aquí y mañana no lo están, ¿no cuidará mucho más de ti, hombre de poca fe? Por lo tanto, no te andes preocupando de si tienes comida ni de si tienes ropa. ¡Los incrédulos son los que siempre se andan preocupando de esas cosas! Recuerda que tu Padre celestial sabe lo que necesitas, y te lo proporcionará si le das (a Él) el primer lugar en tu vida. No te afanes por el mañana, que el mañana está en manos de Dios. Confía, pues, en Él” (Mateo 6:25-34).

El temor es imaginario, son cosas que empezamos a pensar, a creer que de pronto nos pueden suceder y nos hacen ver el futuro de una manera negativa.
El temor es fe, pero puesta en sentido negativo. La Biblia dice que a todos se nos ha dado una medida de fe y esa medida, según como la usemos, va a determinar si vamos a avanzar o nos vamos a estancar en el camino de nuestra vida.
El temor nos impide ver lo que Dios está haciendo. A veces Él abre una puerta y te dice: "Hijo/a, entra por esta puerta" (puede ser un nuevo empleo, o una nueva oportunidad), pero Temor te dice al oído: "¿Y si no me pagan, y si me pasa esto, o me pasa lo otro?
Y por escuchar a Temor, muchas personas que tenían un gran potencial, una gran capacidad, nunca dan fruto. Teniendo todas las puertas abiertas delante de ellos, no se atreven a entrar a través de ellas por causa del temor.
Eso fue lo que le ocurrió al pueblo de Israel. La Biblia dice que ellos estaban al borde de la Tierra Prometida por Dios y el Señor les dijo: "Miren, la puerta está abierta, la abundancia, la prosperidad son para ustedes". Y ellos empezaron a protestar y a decir: "¿Y los gigantes? ¿Y las ciudades amuralladas?" Y esto y aquello y no pudieron entrar en las bendiciones de Dios a causa del temor.
Amigo que nos estás escuchando, no permitas que el temor entre a tu vida. No lo permitas.
El temor hace que nos conformemos con estar donde hoy estamos, nos paraliza para intentar hacer algo distinto. Lánzate en fe a cumplir esos sueños, a hablar con esas personas que parece que es imposible que te escuchen. Dios te va a proveer de todo lo que necesitas porque nuestro Señor es fiel, Él quiere llevarnos más arriba, de victoria en victoria, de gloria en gloria.
Pero cuando escuchas a Temor, empiezas a decir 3 cosas:
1. "No puedo", aunque Dios te dice que "todo lo puedes con la ayuda de Cristo que te da fortaleza y poder".
2. "No tengo", aunque Dios te dice que Él "de sus riquezas en gloria suplirá cualquier cosa que les falte en virtud de lo que Jesucristo hizo por nosotros".
3. "No sé", aunque Dios te dice: Sí sabes, tienes la mente de Cristo y mi Espíritu te guiará a toda la verdad y te hará saber las cosas que han de venir.
Pero, si persistes en decir “No se, No puedo, No tengo” es que Temor cumplió su tarea destructiva en tu vida.
Invita a Jesucristo a entrar en tu corazón como el Señor y el Salvador de tu vida. Escucha bien: No temas a nada ni a nadie, llena tu corazón con el perfecto amor de Dios. Reemplaza el temor que paraliza con el temor reverencial a Dios porque:
Si alguien respeta a Dios y le teme, odiará el mal. Porque la sabiduría detesta el orgullo, la arrogancia, la corrupción y el engaño de toda clase.

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