viernes, 6 de febrero de 2009

¿Sabías que... tenemos deudas que nunca se terminan de pagar?



Romanos13:8 ...”Las deudas de mi hacia otros pues estas nunca se terminan de pagar. Al amarlos estarás obedeciendo a la ley de DIOS y satisfaciendo sus demandas” (la Biblia al día/1979).
Vivimos sumergidos en un torbellino de ofertas y demandas de toda índole, el sistema de este mundo a creado una escala de valores donde el confort, la ambición, la avaricia, la corrupción, la indiferencia, el rencor, la venganza, el egoísmo ocupa los lugares mas importantes en el pensamiento del ser humano.
La vida transcurre a una gran velocidad para tratar de alcanzar las metas impuestas por el materialismo y el status. Todo esto hace que las personas estemos tan ocupadas y afanosas que nunca tenemos tiempo para detenernos y prestar atención a las cosas que verdaderamente importan al corazón y al Espíritu.
“Con esto conocerán todos que son mis discípulos si tuvieran amor los unos con los otros” (Juan 13:35)
Paguemos nuestras deudas de amor, entre esposos, de padres a hijos, de hijos a padres, entre hermanos, entre amigos, entre vecinos.
Una palabra de Amor, una caricia, un consejo, una confesión dicha a destiempo o callada para siempre puede significar un dolor irreparable y un daño muy grande en nuestras vidas y la de nuestros seres queridos.
Una palabra de Amor prometida y no dicha en este mundo ya no la podemos decir cuando estemos arriba porque allá solo estaremos para adorar y alabar a DIOS por los siglos de los siglos.
Pero por sobre todas las cosas paguemos nuestras deudas de Amor y obediencia a nuestro Señor Jesucristo. Al recibirlo en nuestro corazón como señor y salvador lo reconocemos como el Dueño absoluto de nuestra vida hacemos pacto con El (El que me ama mi palabra guardara).
Paga tus votos al altísimo e invócame en el día de la angustia ¡Te librare y tu me honraras!

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